Última de las campañas navales de la Independencia, librada el 24 de julio de 1823, entre la escuadra republicana comandada por el general José Prudencio Padilla y la realista mandada por el capitán de navío Ángel Laborde y Navarro, después de la Campaña de Maracaibo, dirigida por el general Manuel Manrique y todo ello, fue coordinado por el general Mariano Montilla, jefe de la Zona Militar de Cartagena. El general Padilla decidió forzar la Barra de Maracaibo y ocupar el Lago, el 5 de mayo de 1823, realizando pequeños combates parciales contra la flota realista hasta el 24 de Julio, cuando se realizó la batalla decisiva, donde la escuadra realista se situó entre Capitán Chico y Bella Vista y la republicana frente a Los Puertos de Altagracia y fue el abordaje de esta última, lo que decidió la victoria, en dos horas de recio combate. La escuadra colombiana tenía 88 piezas, casi todas de a 18, con 872 hombres de dotación en 3 bergantines, 7 goletas y una fuerza sutil, con 13 piezas de diferentes calibres y 327 hombres de dotación; la de Morales compuesta por 3 bergantines, 12 goletas y 16 embarcaciones menores, tenía por todo 87 piezas, entre ellas 18 de a 4, 820 hombres de tropa embarcados y 497 marineros. Laborde sostuvo que era aventurada una acción naval contra fuerzas superiores, pero debió obedecer a Morales, lo cual ocasionó una gran cantidad de muertos, heridos y prisioneros del lado realista y la derrota total. Así se abrió el camino para las negociaciones con el capitán general de Venezuela, Francisco Tomás Morales, y al concluirlas, éste se obligó a entregar los buques, la ciudad de Maracaibo, el Castillo de San Carlos y el Castillo de San Felipe en Puerto Cabello, así como abandonar el territorio nacional. Esa fue la Capitulación que firmaron Morales, Padilla y Manrique, el 3 de agosto de ese año, con la cual se terminó de sellar la Independencia de Venezuela. Durante las acciones militares de nuestra emancipación, pocas fueron de tipo naval y merecen recordarse: la Expedición Libertadora de Oriente (1813), las expediciones marítimas desde Haití (1816), comandadas por el Libertador, la batalla del Golfo de Santa Fe, la Campaña de Guayana y la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, la más gloriosa y mayor acción naval de nuestra epopeya, donde se inmortalizaron los próceres: Renato Beluche, Nicolás Joly, Gualterio D’Chitty, Cenobio y Pedro Lucas Urribarrí, Felipe Baptista, Anselmo Belloso, entre otros.
