Arenonave aerostática de aire caliente no propulsada, cuya primera demostración pública de ascensión del nuevo invento, fue realizada el 4 de junio de 1783, por los hermanos Joseph y Jacques Montgolfier, en Francia. El 22 de febrero de 1912 en la ciudad de Maracaibo, un francés de apellido Katiel se dispuso a conducir el globo aerostático de 30 metros de altura, como principal atracción del carnaval, y que al mismo tiempo, los maracaiberos pudieran apreciar por primera vez la elevación de este tipo de aeronave desde la plaza Baralt frente a la Casa Mac Gregor. El globo se elevó con éxito a gran altura –casi los 2.000 metros- conducido por Katiel; un cochero maracaibero de nombre Carlos Luis Medina le ayudó a soltar las amarras que lo ataban en tierra, y descendió aparatosamente en las inmediaciones del Marcado de Los Buchones a orillas del lago, recibiendo la ovación del público maracaibero por la hazaña alcanzada. Según los cronistas, la gente enterada de quienes lo habían inventado, popularizaron el aparato llamándolo la “Montgolfiera”. Katiel hacía propaganda comercial con carteles pegados a la gran bolsa de tela y al elevarse el público podía leer mensajes como: “La Tijera de Oro / gran taller de sastrería / venta de drills y casimires / Ramón Fuenmayor M.” o anuncios como: “El Louvre / venta de mercancías / Casimiro Semprún y Emulsión Rincón / cura porque sí / úsala”. Más tarde, el mencionado Carlos Luis Medina, repetiría la hazaña en tres oportunidades consecutivas. A continuación citaremos totalmente el testimonio del cronista Régulo Díaz, “Kuruvinda”: “El año 12 (…) se elevó en globo aerostático de humo Carlos Luis Medina, un cochero de aquí del Empedrado que le vio hacer eso a un francés que cumplió aquí una temporada de vuelos de propaganda comercial; y dijo Carlos Luis, que él también se atrevía a volar en globo. En un domingo de piñata de carnaval lo hizo bien, pese a que la primera vez por falta de precauciones se le encaramó un amigo que le hizo quedar mal, “Uvita Rincón”- Asdrúbal Rincón, es el nombre del intruso, que se “arreguindó”, (se encaramó) en el globo de Carlos Luis, y muy poco pudo levantarse hasta el punto de enredarse en un techo de la casa de dos plantas que estaba allí en la esquina donde ahora está el edificio Tito Abbo. Pero en la segunda vez se levantó bien y descendió sobre las tozas del aserradero de Elio Soto, a siete cuadras del punto de vuelo, frente al edificio Banco de Maracaibo”. Esto lo repitió Carlos Luis Medina en tres oprtunidades, para convertirse en el primer venezolano en conducir un globo. En una pintura al óleo de Régulo Díaz “Kuruvinda”, cuyas medidas son 56 cms x 44 cms., perteneciente a la colección de Oscar d’Empaire, titulado “Domingo de Piñata Octavita de Carnaval de 1912”, aparece el primer globo de Carlos Luis.
